martes, 25 de noviembre de 2008

Dicen que era un roble; esto es lo que queda.
Si se nos cae al río sí que la jodemos.

Pedro preguntando cuánto falta. Tivo lo consuela.


Afortunadamente no habían cocodrilos.



Empezamos la ruta.


El lunes 24 hicimos la primer ruta de senderismo y estoy convencido que la experiencia se repetirá. Todo fue la mar de bien si exceptuamos que J.L. Alemany perdió la cazadora con documentación incluida y que a Pedro (el Grande) a última hora lo tuvimos que remolcar con un T.T. 3/4 (hubiera sido suficiente con 1/6). Lo de Alemany está por demostrar si la perdió o la tiro para volverse a por ella, porque muy pronto empezó a decir que aquello más que senderismo era escalada; por supuesto que la encontró, colgadita y todo, y con la documentación. Mientras nosotros sudábamos él hacía amistad con el sepulturero del pueblo y damos fe que le sacó buenas anécdotas. Lo de Pedro (el Grande) fue más peliagudo, el tío antes de salir ya preguntaba lo larga que sería la ruta y, durante la marcha, a cada dos minutos, que cuánto faltaba; como vereis en las fotos, tratábamos de animarlo pero poco a poco se iba extinguiendo hasta que dijo "aquí me quedo" y, una de dos, o lo dejábamos que lo devorasen los lobos o lo sacábamos de la selva y he te aquí que cuando más apuro teníamos pasó el Hada Madrina y a ella lo encomendamos; ya lo vereis comiendo como si tal cosa, como que el que nunca rompió un plato. Ahí os dejo constancia de las fotos, están todos menos yo.

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